Hay algo especial que sucede cuando nos preparamos para un viaje. Desde el momento en que decidimos el destino, la energía cambia. Se enciende el entusiasmo, la imaginación empieza a trazar posibles recorridos y, aunque planificamos algunos pasos, siempre dejamos espacio para la sorpresa.
Al viajar, nos abrimos a la experiencia con una disposición diferente. Salimos de lo conocido, nos entregamos a la curiosidad, bajamos el ritmo para observar lo que nos rodea.
Cada esquina, cada sabor, cada conversación tiene algo por descubrir. No importa si estamos en una ciudad nueva o en medio de la naturaleza, lo que cambia es nuestra forma de mirar.
¿Qué pasaría si trajéramos ese modo viajero a nuestra vida cotidiana?
Nos acostumbramos a transitar los días en piloto automático, dando por sentado lo que nos rodea.
Pero vivir con una actitud viajera no depende del lugar, sino de cómo elegimos habitarlo. Se trata de activar la curiosidad, abrir espacio para lo inesperado y permitirnos sorprendernos, aunque no nos hayamos movido de lugar.
¿Cómo vivir en modo viajero todos los días?
Planificá con entusiasmo, pero soltá el control.
Permitite imaginar lo que querés hacer, pero dejá lugar para lo que pueda aparecer en el camino. A veces, lo mejor sucede cuando no estaba en la lista.
Redescubrí lo familiar.
Mirá tu barrio, tu casa, tu rutina con ojos nuevos. Preguntate qué detalles nunca habías notado antes.
Dáte tiempo para pausar.
No hace falta ir lejos para encontrar belleza. Sentate en un rincón soleado, respirá profundo y simplemente observá lo que sucede alrededor.
Hablá con desconocidos.
A veces, una simple conversación puede abrir puertas a nuevas perspectivas. Preguntale algo a la persona que te sirve el café o al vecino que cruzás cada día.
Sorprendete con lo simple.
Un amanecer, una flor que brota, el aroma del pan recién hecho. Lo extraordinario se esconde en lo cotidiano cuando estamos atentos.
Vivir en modo viajero es recordarnos que la experiencia siempre está disponible, aún en lo cotidiano.
Es una forma de habitar la vida con más presencia, curiosidad y asombro.
La invitación está abierta: ¿Cómo podrías traer hoy un poco de ese espíritu viajero a tu vida?
“Cómo pasamos nuestros días es cómo pasamos nuestra vida”, dijo Anne Dillard.
La forma en que pasamos el tiempo determina la calidad de vida que tendremos.
Gracias por dedicarme tu tiempo en la lectura de este escrito cargado de sentido para mí, y que espero para vos también
Deseo ser inspiración y guía. Brindarte claridad y seguridad para que puedas tomar acción y desarrollar el recorrido que deseás, en menos tiempo y con menos frustración que sí lo harías sola.
Desde mi rol, puedo ofrecerte mi mirada para acompañarte a diseñar experiencias que generen disfrute en tu carrera, tanto para vos, como para las personas resonantes que te eligen y así lograr dejar una huella positiva y perdurable
Transitar el recorrido de manera acompañada es nutritivo y gratificante.Estoy aquí para vos.
Ana Bonvín
Mentora en Identidad Experiencial