Tomar distancia

Tomar distancia

Tomar distancia, más que irse lejos, es un acto de amor propio. Es autocuidado, observación, valentía. Es elegir mirar distinto, tomar perspectiva y reconectar con nosotras mismas.

Tomar distancia, más que irse lejos, es un acto de amor propio. Es autocuidado, observación, valentía. Es elegir mirar distinto, tomar perspectiva y reconectar con nosotras mismas.

Muchas veces los viajes nos ofrecen ese cambio de mirada. Pero no son necesarios para tomar distancia. Basta con escucharnos, abrirnos y ser honestas sobre qué entornos y vínculos nos nutren de verdad.

Tomar distancia, a veces revela que algunos vínculos estaban sostenidos solo por una parte. Y es entonces cuando comprendemos que soltar no es un acto de egoísmo, sino de claridad y crecimiento.

Durante mucho tiempo me sentí responsable de sostener relaciones. Por ser yo quien se iba, creía que debía volver. Hasta que entendí que los vínculos reales no se sostienen por obligación, sino por reciprocidad. Que la distancia no se mide en kilómetros, sino en presencia. Que un mensaje puede cruzar océanos si hay amor y ganas de compartir.

También aprendí a no tomarme personal ciertos silencios. A veces, detrás de un “no quería molestarte” hay más miedo o desconexión que verdadera consideración. Y eso también habla de en qué sintonía estamos cada uno.

Las personas cambiamos. Con el tiempo aparecen nuevos intereses, prioridades, maneras de ver el mundo. Eso transforma también nuestros vínculos. Y tomar distancia es una forma de respetar esos procesos. No forzar. No retener. Aceptar que algunos vínculos ya cumplieron su ciclo. Soltarlos no los invalida: los honra.

Tomar distancia no es cortar. No es decir adiós para siempre. Es elegir desde dónde, cómo y con quiénes queremos estar. Y también permitirnos cambiar de idea cuando algo ya no nos hace bien.

Hoy sé que tomar distancia me permitió descubrir partes de mí que no habría encontrado quedándome donde ya no resonaba. Es una búsqueda interna. Una exploración hacia adentro y hacia afuera. Un camino de regreso, no a un lugar, sino a mí.

¿En qué parte de tu vida sentís que necesitás tomar distancia?
Tal vez no haga falta ir muy lejos. A veces, basta con dar un paso hacia adentro.

Tomar distancia es, en el fondo, un acto de presencia.
De respeto por lo que fuimos y apertura a lo que estamos siendo.

___

Si estas palabras resonaron con vos, te invito a escuchar el episodio de mi podcast. En él te cuento cómo he vivido (y vivo) esta forma de tomar distancia, cómo ha impactado en mis vínculos y por qué creo que, más que alejarnos, muchas veces se trata de volver.

ESCUCHALO DESDE AQUÍ

Gracias por estar.


Podés encontrar más escritos • audios transformación para moverte por dentro en @filosofia.nomada o si preferís temas sobre Identidad Experiencial • Procesos de cambio • Creatividad te espero en @soyanabonvin

Con cariño,
Ana


Tomar distancia, más que irse lejos, es un acto de amor propio. Es autocuidado, observación, valentía. Es elegir mirar distinto, tomar perspectiva y reconectar con nosotras mismas.

Te puede interesar
Cerrar X