El nomadismo digital está cada vez más presente en las conversaciones sobre formas de vida y trabajo, especialmente en el mundo digital. Pero muchas veces se lo reduce a la idea de trabajar desde la computadora en cualquier lugar del mundo, como si solo se tratara de viajar mientras se mantiene un trabajo remoto.
En este artículo, quiero invitarte a mirar más allá de esa imagen simplificada y contarte lo que significa para mí habitar el movimiento, tanto externo como interno.
También podés escuchar aquí el episodio de mi Podcast donde propongo este debate.
Movimiento que trasciende el lugar
Desde que adopté un estilo de vida nómada, descubrí que no se trata solo de cambiar de lugar. Lo que realmente me transforma es cómo elijo habitar cada lugar, cómo cada cambio externo despierta algo nuevo por dentro.
La Filosofía Nómada, tal como la vivo y la comparto, es una invitación a salir de lo predecible, a explorar nuevos territorios —físicos, emocionales o creativos— y a permitir que esa exploración nos transforme.
Tres formas de habitar el movimiento
A lo largo de estos años, fui descubriendo que hay diferentes maneras de vincularnos con el movimiento. Te comparto tres que, aunque suelen confundirse, tienen significados distintos para mí:
Estilo de vida nómada.
Vivir viajando, con o sin una residencia fija, explorando diferentes lugares, pero sin que necesariamente esté ligado al trabajo digital.
Nomadismo digital.
Tener un trabajo remoto que te permite moverte si así lo deseás, aunque no siempre implica viajar de forma constante.
Filosofía Nómada.
Usar el movimiento como herramienta de crecimiento personal, más allá de si viajamos o no. Es una forma de habitar la vida desde la curiosidad, la autoexploración y la reinvención constante.
La Filosofía Nómada no se mide en kilómetros, sino en la capacidad de salir de lo conocido y permitirnos transformarnos en el proceso.
Rompiendo la imagen romántica
Muchas veces, en redes sociales, se muestra el nomadismo como una vida de ensueño: trabajar frente al mar, con una laptop y un coco al lado. Pero lo que no siempre se cuenta es el proceso interno que implica esta elección.
Ser nómada es aprender a vivir con menos, abrazar la incertidumbre y gestionar la incomodidad. Es encontrar el equilibrio entre la libertad y la estructura, entre el disfrute y el trabajo.
¿Cómo podés aplicar la Filosofía Nómada en tu vida?
No necesitás viajar para vivir esta filosofía. Podés habitar el movimiento desde gestos cotidianos: cambiar tu rutina, hacerte preguntas, aprender algo nuevo o simplemente escuchar lo que tu voz interna necesita.
El movimiento empieza cuando nos animamos a cuestionar lo conocido y nos abrimos a lo que aún no sabemos.
La esencia Nómada, es una forma de habitar el mundo desde la curiosidad, la presencia y la apertura. No hace falta viajar lejos para experimentar la esencia nómada. No hace falta irse lejos para explorar, sino aprender a descubrir lo nuevo en lo conocido.
El viaje hacia adentro
La Filosofía Nómada es una búsqueda constante. No importa dónde estés, lo que realmente importa es cómo elegís habitar cada etapa del camino.
Explorar para recordar quién soy. Observar para descubrir quién puedo ser.
Espero que este escrito te inspire a explorar qué significa el movimiento para vos y cómo podés llevar esa energía a tu propio viaje, sin importar si es hacia afuera o hacia adentro.
Deseo ser inspiración y guía. Brindarte claridad y seguridad para que puedas tomar acción y desarrollar el recorrido que deseás, en menos tiempo y con menos frustración que sí lo harías sola.
Desde mi rol, puedo ofrecerte mi mirada para acompañarte a diseñar experiencias que generen disfrute en tu carrera, tanto para vos, como para las personas resonantes que te eligen y así lograr dejar una huella positiva y perdurable
Transitar el recorrido de manera acompañada es nutritivo y gratificante.Estoy aquí para vos.
Ana Bonvín
Mentora en Identidad Experiencial
